lunes, 28 de noviembre de 2011

Con ustedes

Y aveces pensaba que podría ser mejor, que podría haber logrado aquellos cambios, haber conseguido todo en la vida, en lo que llevaba de vida, que podría ser mejor.
Pero pensar no era suficiente, siempre pensó que necesitaba pensar menos, manosear menos las cosas y actuar más, pero solo lo pensó, otra vez se quedó sumida en los pensamientos.
Pensaba que debió ser la actriz principal de su vida, de sus decisiones, de todo, una vez más lo pensó.
Y fue entonces, cuando pensó, no, no lo pensó lo decidió, dejaría de pensar comenzaría a actuar.
Repasó el Monologo, salió al escenario, piso las tablas, se abrió el telón, se escuchó la voz de presentador.
-Con Ustedes... LIEN ALÉ-

lunes, 3 de octubre de 2011

Más rápido no

Caminaba más rápido que de costumbre me costaba respirar y no era el cansancio, sentía ese punzante dolor en el corazón, aquel dolor de la decepción, del desengaño.

Caminar más rápido no me hacía sentir menos, correr más no me hacía olvidar más, y ahí cuando te das cuenta que la velocidad con la que se mueva tu vida no tiene que ver con como se mueva el tiempo a tu alrededor.

Caminaba más y más para que todo ocurriera más rápido para acortar los tiempos de espera que se hacían cada vez más eternos. No, no servia, dejaba de dar lecciones de vida cuando me daba cuenta que intentaba hacer a todos seguir la velocidad lenta de mi vida, los cero kilo metros por hora con los que acostumbraba a avanzar, dejaba de dar lecciones de vida cuando notaba que me parecía a Herman Hesse, diciéndole al mundo como vivir, yo no quería a Herman Hesse, no quería señalar la velocidad con que vivir, aún así no podía no indicar que todos van muy rápido, que su velocidad extrema no les permitía vivir la tranquilidad, ni disfrutar el viento por las mañanas.

Caminar más rápido no me hacía cambiar, y por caminar más rápido por lo menos podía huir del rastro de Herman Hesse. que me perseguía a diario, tal vez y solo tal vez, debería terminar de leer el Lobo estepario.

Gracias Herman Hesse

Las mismas

Y aveces no sabíamos como reaccionar, no sabíamos jugar a cosas distintas, no existían juegos nuevos en nuestro repertorio. Y jugábamos a las escondidas una y otra y otra vez, todos los días.

Mientras pensaba en jugar a lo mismo de todos los días, como si no nos conociéramos desde antes, no podía evitar recordar, y manosear las mismas palabras de amor, que se entregan a cualquiera, los mismos juegos que se juegan con cualquiera, como si no fuera nada especial, como si no existiera nada especial entre nosotros.

Y aveces era lo mismo, la misma reacción idiota, infantil de no saber como reaccionar ante la felicidad extraña y extrema que produce cumplir deseos cumplir sueños, que nunca soñaste ni deseaste cumplir.

¿Lo entiendes?

lunes, 26 de septiembre de 2011

Dos pasos

No me importaba dar dos pasos en vez de uno, no me importaba tardar horas en caminar solo algunos metros, nada me importaba mientras pudiera mirar el cielo.
Daba igual cuantas personas pasaran al rededor mío, personas apresuradas que no veían más allá de sus zapatos de tacón alto, de sus zapatillas sucias, de sus zapatos de oficina muy lustrados, de sus zapatos de colegio empolvados.
Dar dos pasos en vez de uno significa disfrutar con lentitud cada día, disfrutar cada segundo de la vida, durante los otoños el caminar lento me permitía ver caer las hojas de los árboles, hojas amarillas, rojas, café, naranjas, que luego pisaba lentamente, y escuchaba el "crash, crash" que hacían al romperse.
En los inviernos, sentir la lluvia en mi rostro frío, podía ver como caían las gotas de agua en las cada vez más grandes posas, y la gente correr rápidamente a esconder de la lluvia, a esconderse del frío y del invierno, no me importaba dar dos pasos en vez de uno cuando podía observar a la gente que no disfruta lo hermoso del cotidiano invernal.
Dar dos pasos en vez de uno durante la primavera y ver hacia arriba, me permite ver los arboles con pequeños brotes de verde en sus ramas algo seca, algunas flores rosadas junto a esas pequeñas hojas verdes.
No me importaba dar dos pasos en vez de uno, mientras mi vida pareciera más larga, más placentera, más eterna...
Dos pasos en vez de uno me hacía sonreír de la rapidez con la que vive todo el mundo.
Y ...Te cuento un cuento freak